Con el pasar de los años y el crecimiento de la humanidad, parece que el hombre se ha olvidado de ser hombre, cada vez va asomándose una decadencia que lo arrastra por el abismo de la ignorancia y lo lleva a vivir de una manera acelerada sin tomarse el tiempo para preguntarse el por qué.
Las palabras en otrora jugaban un papel importante, ellas llevaban la sabiduría, ellas hablaban por sí solas del hombre. Un hombre culto se conocía no por los trajes que usara ni por la cantidad de dinero que tuviera, sino por el dominio del lenguaje que exponía.
Hoy duele oír como el lenguaje se ha vulgarizado, como el lenguaje se ha aquilatado y deja que se le pase por encima, duele ver que se utilicen medios para que las palabras sean mal escritas y no se diga nada, duele ver como las reglas ortográficas solo son recuerdo de un pasado.
Por eso, quienes nos dedicamos por la magna labor de la docencia y que estamos en la búsqueda permanente de la palabra bien escrita, bien pronunciada, no podemos dejar pasar ninguna oportunidad de ayudarle a salir del letargo y se alce de nuevo y brille con luz propia.
Que se acaben los patanes, que vuelvan las tildes, las comas y los puntos, que la D cumpla su función y que los diptongos no sean recuerdos solo de unas hojas amarillas que en tiempo de Cervantes no eran solo una I y una O, eran un escrito y un verso de amor.
Que la palabra vuelva a tomar su lugar de privilegio, que el pensamiento use la palabra para crear esa acción que va a transformar a la sociedad, que desde la A a la Z las palabras sean palabras y que el diccionario no falte para que la palabra no se acabe.
Hoy es el día de las no palabras sucias, hoy es el día de las palabras limpias, hoy es el día de la palabra bien escrita. ¡NO MAS TELEVISIÓN VIOLENTA . LEE UN LIBRO!
Lic. Gustavo Gómez Reyes
(Roxanne)
