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CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN - ICESI

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sábado, 28 de noviembre de 2015

DESDE

DESDE

Desde la ventura de un encuentro,
desde la proximidad de lo acordado,
desde la voz callada
me reinvento en ti.

Desde el ocaso donde todo aún existe,
desde la primavera donde las flores solo ríen,
desde el primer beso
tus labios siguen aquí.

Desde lo permitido suenan campanas recias,
desde lo franco y útil se asume un compromiso,
desde la puesta en escena
ya no somos dos.

Desde que el viento sopló mis ojos duermen,
desde la puesta del sol mis pasos siguen firmes,
desde la carta que escribí
la esperanza es un canto.

Desde aquél locuaz encuentro con caricias y susurros,
desde aquél primer te quiero adornado con carmesí,
desde esa foto bien tomada
tu recuerdo siguen en mí.


Roxanne
(Gustavo Gómez Reyes)


domingo, 15 de noviembre de 2015

ENTRE EL ATARDECER Y EL AMANECER

ENTRE EL ATARDECER Y EL AMANECER


Al atardecer se descubre un momento que llena de color la nostalgia,
que besa la duda y que merodea entre lo que fue y lo que aún se desea,
más el servir hace alarde de tenor sobre la mesa 
y de vecina la razón hace un suspiro.

La locura coqueta da dos pasos hacia la derecha,
alza su vista y observa que el silencio ha detenido su andar,
saluda a la estupidez y de recogida
saca de su bolsillo un escrito que le entrega a la cordura,
quien recibe tímida y sin preguntar.

La ilusión se vistió de color naranja,
la mañana ha decidido irse temprano,
en el cuaderno un pétalo de rosa amarilla,
el asfalto se revela contra el inclemente calor,
la desidia se pasea por debajo de la mesa,
mientra el volver dice ya no más.

El atardecer se quiere extender,
pretendiendo que la noche no llegue,
la luna aún no se ha vestido,
las nubes engalanan en su estar,
una voz sacude el ancho espacio,
la mentira se camufla entre la verdad,
la razón renuncia a estar presente 
y a la elocuencia no la han querido despertar.

El viento pasa y saluda,
los recuerdos aún permanecen en el baúl,
por las ventanas se cuela la esperanza,
la ironía camina erguida mientras los celos se sientan en el sofá
a esperar que la noche pronto llegue
y que todo lo narrado solo sea un escrito y nada más.


Lic. Gustavo Gómez Reyes
(Roxanne)

miércoles, 11 de noviembre de 2015

ARMERO - 30 AÑOS DESPUÉS

LA AVALANCHA DE ARMERO: SEPULTADOS VIVOS

Un relato de lo que pasó el día del desastre que sepultó a 25.000 colombianos

NOVIEMBRE 13 de 1985
Todo gemía en la tierra de dios, volcanes encabritados, suspiros de la flora seca, arrasada, vientos, huracanes del odio despeinaban una verdad escondida: tanto laceraba el invierno como el verano. Seres alimañas de un reino enano y corroído. Tránsfugas, mentirosos y ladrones. En la diestra había zurdas y en estas derechas. Y arriba de todo, vecinos a la luna, desechos de los viajes espaciales, meteoros y cometas hacían sus espeluznantes rondas para caer en algún momento, como ladrón de noche, sobre las cabezas del infortunado planeta.
—Esto se va a desfondar o a explotar en cualquier momento —caviló Samza.
Ya el descalabrado país en noviembre de 1985 había perdido la vergüenza con el asalto al Palacio de Justicia, donde luego de la arremetida a sangre y tanques de los militares, murieron hechos carbón y coladores sus más selectos jueces; y de nuevo tuvo perdida la inocencia una semana más tarde, cuando explotó un volcán y se produjo la avalancha de Armero, un anunciado evento que sepultó vivos a 25.000 colombianos después de tragarse el sermoneo y la bendición del sacerdote del pueblo:
— ¡Calmados! ¡Tranquilos! Nada va a pasar, confíen en nuestro señor y no miren arriba. Y en el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo.
Pronunciada esta última bendición, el pastor tranquilo se puso a salvo, salió brincando cercas unas horas antes de la erupción. Y el volcán despertó y su lava hizo camino por las laderas, se confundió con la nieve derretida y los ríos, que arrastraron piedras, árboles y fueron recogiendo, casas, carros, animales, gente; en su curso devastador. Los crédulos feligreses murieron como ovejitas encerradas en los potreros, escuchando consoladores boletines de las autoridades en la radio, sin mirar al cielo.
Crecía el temor, pronto caería la montaña, era hora de olvidar los paraísos, cerrando los puños, el futuro se golpeaba el alma seca, no habría membrete en la correspondencia…
j. Arturo s.t.
DE “CUENTOS POR COBRAR”
TRAGIMETÁFORAS DE UN VATE ORATE EN LA BELLA VILLA
(1954-2005)

ARMERO, LA TRAGEDIA QUE SE PUDO EVITAR

Sobre el libro “Los sordos ya no hablan” de Gustavo Álvarez Gardeazábal

Hace 30 años, el 13 de noviembre de 1985, un pueblo colombiano, fue sepultado por una gran avalancha de lodo y rocas. Según los cálculos, unas 25 mil personas quedaron enterradas debido a que el rio Lagunilla convirtió a Armero, en una inmensa y mortífera laguna de fango.
Fue una tragedia anunciada con mucha anticipación ya que un grupo de expertos en vulcanología, luego de un análisis concienzudo, anunciaron que podría ocurrir un deshielo al que nadie hizo caso.
Cuando se dio la tragedia muchas personas recordaron que un sacerdote llamado Pedro María Ramírez y quien fuera párroco de Armero fue baleado y mientras agonizaba dizque dijo que en Armero no quedaría piedra sobre piedra y que ese pueblo sería maldito. Muchos siguen creyendo que fue debido a esa maldición que se dio la avalancha.
Hace 30 años el 13 de noviembre, el volcán expulso arena caliente, derritió las nieves y se formó la avalancha que sepultó para siempre jamás al pueblo más pujante de la zona y también alcanzó a afectar a Chinchiná y Villamaría.
Según algunos informes, “El día de la erupción salieron columnas de ceniza oscura del volcán alrededor de las 3:00 p. m., hora colombiana. El director local de la Defensa Civil Colombiana, quien fue rápidamente informado de la situación, contactó con Ingeominas, organismo que determinó que el área debía ser evacuada; a continuación se le dijo que debía contactar a los directores de la Defensa Civil en Tolima y Bogotá.
Entre las 5:00 y 7:00 p. m., la ceniza dejó de caer y las autoridades locales instruyeron a las personas para que se «mantuvieran calmadas» y volvieran a sus casas. Alrededor de las 5:00 p. m. fue convocada una reunión del comité de emergencia, y cuando esta terminó a las 7:00 p. m. varios miembros contactaron a la Cruz Roja regional para acordar detalles sobre los esfuerzos de una posible evacuación en Armero, Mariquita y Honda.
La Cruz Roja de Ibagué contactó a las autoridades de Armero y ordenó una evacuación que no fue llevada a cabo debido a problemas eléctricos causados por una tormenta. La fuerte lluvia y los rayos producto de la tormenta pudieron ocultar el ruido del volcán, y sin ningún esfuerzo sistemático de alerta, los residentes de Armero no eran conscientes de la actividad que se desarrollaba en el Nevado del Ruiz.
A las 9:45 p. m., después de que el volcán hiciera erupción, los funcionarios de la Defensa Civil de Ibagué y Murillo trataron de advertir a las autoridades de Armero, pero no pudieron contactar. Después, lograron escuchar conversaciones entre algunos dirigentes de Armero y otras personas; en la más famosa de estas conversaciones se escucha al alcalde de Armero hablando a través de una radio casera, diciendo que «él no cree que allí haya mucho peligro», aunque finalmente fue arrastrado por el lahar”.
Esta tragedia también fue advertida por el escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal, pero nadie hizo caso de su voz de alerta y así surgió la novela “Los sordos ya no hablan” en la que el escritor cuenta como se hizo caso omiso de las advertencias, no solo de los expertos, sino las que enviaba el mismo volcán con sus fumarolas y los temblores producidos días antes de la tragedia.
Como imagen para el no olvido de éste doloroso trance para Colombia, las fotos de Omaira Sánchez, quien estuvo atrapada por el lodo durante tres días antes de morir, le dieron la vuelta al mundo.
La muerte se apoderó de Armero y dejó como saldo más de 25 mil personas muertas. Unas muertes en complicidad con la desidia oficial pues fueron innumerables los llamados a las autoridades acerca del peligro que representaba el volcán y como siempre la respuesta fue “que el gobierno estaba actuando para atender la situación”. Tuvo razón Gardeazábal con el título del libro en el que narra la tragedia…”Los sordos, ya no hablan”.
Por: Manuel Bermúdez
Fotos: eltiempo.com banrepcultural.org

miércoles, 4 de noviembre de 2015

¡FELIZ CUMPLEAÑOS!



¡Gracias Google por tus felicitaciones!
  
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Te enviamos nuestros mejores deseos.
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El equipo de Softonic


Apreciado:
GUSTAVO GÓMEZ REYES

Disfruta tu día de Cumpleaños. Es un mensaje de
felicidad para todos los días que
han de llegar.


Tu vida merece estar llena de alegría, por eso esperamos que hoy aproveches cada segundo, recibas los deseos de los tuyos con esperanza y te pongas 
grandes metas porque sabemos que las alcanzarás.


Porvenir te acompaña y te desea un Feliz Cumpleaños.







                                       GUSTAVO GÓMEZ REYES                        

Gracias a todas las personas que de una y otra forma me han hecho saber sus más sinceras muestras de afecto en este día tan especial para mi.

No todos los días se cumplen años y no todos los días la Gracia de Dios lo baña a uno. 

Pues un 4 de noviembre Dios bendijo a mi madre permitiendo que en su vientre se ubicara el más bello proyecto de su vida: SER MI MADRE.

Hoy, unos años después, devuelvo con creces siendo maestro y formando en la escuela a los que se van a convertir en los nuevos líderes, aportando desde mis humildes saberes herramientas que sé serán utilizadas de la mejor manera en post de hacer del mundo un espacio armonioso donde se pueda vivir con amor y en paz.

Lic. Gustavo Gómez Reyes
Docente de Filosofía

lunes, 2 de noviembre de 2015

EL "NO"



¿Siempre dice ´no´? Ahora entiendo por qué se la ve tan triste. Ha dejado instalar en su interior el ´no´, 
y la sombra de esa palabra es alargada. Destiérrela de una vez por todas o acabará paralizándola” 
ngela BecerraElla, que todo lo tuvo)


La madre de un niño de poco más de dos años que todavía no habla, me respondió –cuando me mostré sorprendido porque su pequeño manejaba bien el no y silenciaba totalmente el si- que quizás ello se debía al hecho de escuchar casi permanentemente el “no” en boca de los mayores, cuando se dirigían a él. “No te acerques a eso…”, “¡¡no lo toques!!..”, “Noooo” expresado en distintas variantes y a diferentes niveles de voz… y creo que tenía razón.
No es habitual que nos dirijamos, sobre todo a los niños, instándolos a proseguir con lo que están haciendo con un efusivo “Siiiiii”, y en cambio los dejamos hacer simplemente en silencio, o a la sumo acompañándoles con una sonrisa, pero es difícil equiparar nuestras afirmaciones a las permanentes negaciones que nos van escuchando decir.
Y esta idea, que parece ser la correcta para explicar esa diferencia en el lenguaje, me permitió seguir pensando que en realidad, aquella costumbre tan nuestra, tiene aun mayores implicancias, al punto de poder llegar a condicionar muchas de las futuras conductas de esos niños, como con toda seguridad ha venido condicionando las nuestras.
Ello así porque pienso que en esa forma de educar, en el “no”, se encuentra el germen del temor a equivocarse, a no agradar, a no hacer lo que tenemos ganas o como tenemos ganas de hacerlo, en definitiva, nos quita la libertad.
Es cierto que la falta de confianza en uno pueden tener otros orígenes, vale decir que no se generan por aquella única causa, pero la falta de espontaneidad al momento de actuar bien puede provenir en muchos casos de aquellos famosos “no” de nuestra lejana infancia, que aun de mayores siguen condicionando nuestros deseos e intenciones más genuinos.


Es más, cuando finalmente resolvemos igualmente transgredir lo que está “mandado hacer”, o el “como debe hacerse”, aparece casi automáticamente la noción de culpa, en forma más o menos grave, lo cual le quita a nuestro proceder parte de la alegría o del placer, y si bien en este caso tampoco puede hablarse de una sola causa, aquellas negativas de la infancia sin duda que nos siguen presionando.
De ahí que sea por lo menos sorprendente que de un pequeño gesto, que es hasta de resguardo hacia los niños, pueda derivarse una consecuencia tan negativa, pero pensemos por un momento si esto no es así. Y, en todo caso, si no convendría que al dirigirnos a los niños utilizáramos alguna expresión menos terminante, y sobre todo si no convendría alentar el uso de afirmaciones por sobre las negaciones, o junto a estas, vale decir, utilizar para con los niños expresiones que además de resguardarlos, siembren en ellos la idea de comenzar a conducirse, sobre todo, sin temores.
En cuanto a los mayores, la invitación es a reflexionar sobre esos condicionamientos que muchas veces limitan o restringen nuestro proceder, analizando si son propios y por ende voluntariamente aceptados, o son resabios de lejanas negativas paternales o inclusive de temores insuflados con ligereza sobre mentes infantiles incapaces de discernirlos (el Cuco….el viejo de la bolsa….el señor que es malo!… o hasta el abuelo, que se enoja). Creo que ganaríamos en libertad.