El sol se ha puesto de nuevo
entre la luna y las estrellas,
la tarde se ha acomodado
entre el recuerdo de lo propuesto
y la sensación de lo sublime,
el beso no dado se observa
desde lo que una vez tuvimos
y no queremos dejar ir.
Mi voz se pronuncia
entre la pared y el sillón.
mientras mi andar te busca
y el silencio se hace eco,
con la esperanza de que
las caricias guardadas
tuvieran la pasión ofrecida
la primera vez.
Mis ojos se llenan de nostalgia
si no ven tu rostro
y en la foto tomada
en el lugar aquél,
descubrí que te quedarás
para siempre.
El viento sopla sin tregua,
las hojas conservan su color,
tu aroma está adherida a mi piel,
mientras en las horas, los segundos
juegan coquetos esperando
a que llegues desnuda
como aquella vez
donde fuimos uno y logramos volar.
Y el parque que fue testigo
de las promesas escritas,
nos invita a que vivamos de nuevo
ungidos de pasión,
cargados del deseo y llenos
de que seamos uno solo y no dos.
Si decides sumar,
bésame despacio
y cobija mi cuerpo
con el calor de tu amor.
Roxanne
(Gustavo Gómez Reyes)
Hermoso poema profesor.
ResponderEliminarMiguel, gracias por tus palabras, sé que siempre te han fascinado mis escritos.
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