REFLEXIÓN CASERA III (DÍA DE LA MADRE)
Se
acerca el día de la madre y más allá de
la cuarentena, dicha celebración no pasará desapercibida, puede que el comercio
no esté habilitado para hacer las grandes compras y mucho menos para atiborrar
los restaurantes, pero sí estarán las intenciones frescas de poder homenajear a
nuestras progenitoras y decirles una vez más que le amamos, que son nuestra
razón de ser, que son nuestra voz viva en los momentos de angustia y
desesperación, que son la verdad hecha carne y sobre todo, que son la luz que
alumbra nuestro camino.
Se acerca el
día de la madre y con el la alegría de poder compartir en una cena íntima el
agradecimiento eterno por todo lo ofrecido a lo largo de nuestra existencia;
por las lágrimas derramadas en cada una de nuestras caídas y también por los
triunfos obtenidos; por las risas esparcidas a lo ancho de todos estos años
vividos; por la espera escueta entre la noche que llegaba con vacilación y el
alba que se asomaba tímidamente; por los abrazos matutinos y los besos en pos
de la tarde de venado; por la mirada fija en la obligación y las palabras
dibujadas en cada responsabilidad enseñada.
Se acerca el
día de la madre y entre recuerdos recién que se empiezan a mezclar con los
recuerdos de antaño, van colgando esperanzas y miedos, emociones y ligerezas
del andar, las arrugas de la experiencia que marcan cada segundo compartido, la
exigencia en línea recta por lo aprehendido, las dudas por no saber si fuimos –
si somos o si seremos.
Se acerca el
día de la madre y aunque a veces no hemos correspondido a todo el sacrificio
que ellas han hecho por nosotros; aunque a veces hemos sido olvidadizos de sus
enfermedades, de su cumpleaños, de sus asuntos importantes; aunque a veces
hemos priorizado nuestros asuntos olvidándonos que fuimos sacados de su
vientre; lo poco que les damos es mucho y más que suficiente, porque el amor de
una madre es tan inmenso como el universo, tan puro como el amor de Dios, tan
bello como el nos ofrece la naturaleza, tan sublime como el del ave por su
gorrión, tan especial como el que solo ella sabe dar.
Se acerca el día de la madre y como mi madre no hay dos, ella es la
mujer más especial, perfecta, bella, exigente, amorosa, tierna, dulce,
estricta; ella es de manera carnal, la manifestación de Dios en mi hermano y en
mí.
Y para
terminar, les dejo un ejercicio literario, ¿quién para ustedes ha sido la mejor
madre de la literatura?
-
Úrsula – CIEN AÑOS DE SOLEDAD.
-
Madame Collet – LUCES DE BOHEMIA.
-
Dolores Preciado – PEDRO PÁRAMO.
-
Yerma – BODAS DE SANGRE.
-
Columeta – LA PLAZA DEL DIAMANTE.
-
Fantina – LOS MISERABLES.
-
Pelagia – LA MADRE DE GORKI.
-
Rose of Sharon – LAS VIÑAS DE LA IRA.
-
Doña Julia – LA REGENTA.
-
Clara – LA CASA DE LOS ESPÍRITUS.
-
Doña Barbarita – FORTUNATA.
-
Doña Lupe – JACINTA DE GALDÓS.
Y así saldrá
una gran lista. Para mí: MARÍA – DOÑA
ZORAYDA (ABUELA) – DOÑA ZORAYDA (HIJA) – LUZ – NIDIA – DOÑA FANNY – NOELVIA –
PAOLA – ALEXANDRA – DARLING – CARMEN – GRACIELA - CONSUELO – CONSTANZA – ESPERANZA
– SANDRA…
¡Mil y una bendiciones para todas las madres del mundo!
Mg. GUSTAVO
GÓMEZ REYES