En esta noche, donde el silencio
se hace cómplice, donde la verdad se asoma sin entrar, donde el creerte se
vuelve una paradoja, donde el tenerte se hace cada vez más efímero, más
distante, donde las palabras juegan una ronda y se van, donde las lágrimas parecen
tener asidero, donde el mirarte es una odisea, y donde el rozar tu piel es una
tentación entre la luna y el sol, me dejó seducir por esa flor reciente que
brota en medio de los dos.
En esta noche, donde el invierno
no ha querido levantar el vuelo, donde las puertas de mis sentimientos se
entreabren, donde la luz de las farolas de la avenida se hacen tenues, donde el
frío piso de mi habitación recuerda una historia, donde las paredes recién
pintadas se hacen collage, donde la canción primera que nos dedicamos no deja
de sonar, donde un vaso lleno de agua reposa en la mesa, me dejo envolver por
lo que aún existe aunque sin la fuerza del ayer.
En esta noche, donde las
estrellas aparecen tímidas, donde el viento del norte hace remolino en el
parque, donde los frenos y los pitos de los coches son el sonido permanente de
la ciudad, donde la noticia más fresca fue la de hace dos días, donde un lápiz
y un papel hacen un encuentro para plasmar el dolor que no se deja arrancar y
que permanece en un rincón esperando que su voz de una explicación, me dejo
llevar por creer que vendrá la verdad.
En esta noche, donde mis kilos de
menos cuelgan en el patio, donde una pista de carros espera ser encendida,
donde unos zapatos empolvados reposan al lado de la mesa de noche, donde el credo
de lo sublime fluctúa entre lo verde y lo azul, entre la madurez y el verse
crío; donde la risa pintada se hace llamar azucena y las hojas del almanaque
han tomado el color amarillo, descubro que tus besos me hacen falta como los
rayos del sol al amanecer.
En esta noche, donde mirar tu
foto es el plan romántico por excelencia, donde cerrar mis ojos y sentir la
brisa del mar es una transportación a lo más bello, donde el soñar despierto
con estar juntos en una hamaca haciendo el amor hasta que nuestros cuerpos se
eleven, es una escena puesta en lo más sagrado, donde el decirte TE AMO una y
otra vez con todo mi ser, es un mañana sin final, es un beso donde no existe el
tiempo, ni espacio.
En esta noche, donde el arpa
celestial toca sin parar, donde los recuerdos de lo vivido aparecen entre las
hojas de una planta, donde el sí de una tarde y la caricia de una mañana, se
mezclan para recuperar lo esencial de lo nuestro, donde el esperar un perdón es
una tarea titánica, donde la simpleza es una constante en tus palabras y tus
acciones, donde el desear tenerte no aparece porque tus silencios quieren
sepultar toda posibilidad de volver estar, me dejo caer ante la imposibilidad
de entender tu forma de amar.
En esta noche, donde ya no espero
a que llegues, donde ya no creo en las hadas, donde la calidez de lo ofrecido
solo es una bolsa de sueños, donde el aparecer sin anunciarte es una locura
detrás de la puerta, donde la estampita de la reina cuelga en el portón como
reliquia, donde el tic – tac del reloj es un marcha nupcial, donde la voz susurrada
se ha vuelto palabra muerta, me dejo llevar por la idea que lo nuestro fue una
magia que no volverá.
Roxanne
(Gustavo Gómez Reyes)
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ResponderEliminarQue lindo y triste...mucho sentimiento. Felicitaciones...de verdad me cautivan tus escritos
ResponderEliminarMafe, gracias a ti por leer y compartir tus impresiones de mis escritos. Son muy valiosas tus opiniones.
ResponderEliminarprofesor se nota el sentimiento que le colocas a tus escritos, super.
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