¿Alguna vez te has llegado a preguntar qué sucede cuando dejas este
mundo y pasas a ‘’ la otra vida’’?, ¿qué sucede cuando tu alma se desprende de
tu cuerpo y comienzas el trayecto hacia la luz al final del túnel? A
veces nosotros los seres humanos nos creemos inmortales, ¿por qué?, pues porque
pensamos que nunca llegará nuestra hora de partir y pasamos viviendo nuestra
vida sin algún propósito, nos convertimos en seres consumidores y no
reproductores. Pero cuando estás en tus últimos días comienzas a reflexionar
sobre lo que pudiste haber hecho en el tiempo que desperdiciaste.
La vida y
la muerte son dos sucesos que todo el mundo experimenta. Vivimos pensando que
la muerte es lo peor que le puede pasar a una persona, otras piensan que es lo
más hermoso que puede existir (¿qué piensas tú?). El verdadero
motivo por el cual morimos es porque nacemos y venimos con fecha de caducidad.
No habría que tener miedo a la muerte, vivir con esa “guadaña” al cuello nos
impide ver otras cosas, otros colores de infinitos matices.
Las
personas que sufren de alguna enfermedad terminal, descansan cuando mueren,
aunque se vayan con la pena del dolor que dejarán en su partida. La vida no
sabe de justicias, lo que tenemos que hacer es valorar la vida como un regalo, disfrutar
en la medida de lo posible de todo lo regalado y de todo lo que hay a nuestro
alrededor.
Cuando
las personas que queremos fallecen, no desaparecen jamás de nuestra vida ni de
nuestro corazón, las tendremos eternamente y ellas a nosotros. La vida da giros
inesperados, de un segundo a otro, nuestro destino puede ser otro. NO vale la
pena especular con el futuro, cuando ni siquiera sabemos si va a haber un
mañana para nosotros, tal vez hoy puede ser el último día, o quizás no; pero de
todas maneras siempre es bueno disfrutar cada día como si fuera el último.
Aprovechar
cada contacto con los que amamos, respirar profundo, contemplar cada mínima
cosa como si fuera la primera vez que la observamos, maravillarnos ante cada
puesta de sol, ante cada amanecer, observar las estrellas, hacer cosas de las
cuales otras personas no saben que es posible, casarse con una buena mujer (o
un buen hombre), tener muchos hijos, besar bajo la lluvia, amar con pasión y entregar
todo de nosotros y cuando esté la muerte en frente de nosotros, digamos. ‘’
Hola hermosa, te estuve esperando toda una vida, luego vete con ella a dar un
paseo”.
La muerte es personal e intransferible, nadie
puede morir por nosotros, como no podemos retrasar ni cambiar la muerte de una
persona por la de otra, la muerte es a la vez lo más individualizador e
igualitario: en ese momento nadie es más ni menos que nadie. Otra cosa más
sabemos de la muerte, morirse no pertenece a personas mayores ni enfermas,
desde el primer momento que empezamos a vivir estamos preparados para morir.
Por muy sanos que estemos no es raro morir, es algo natural. Cuando alguien
muere sentimos dolor, pero cuando pensamos en nuestra muerte sentimos miedo. Montaigne
lo señaló muy bien: “No morimos porque estemos enfermos sino porque estamos vivos”.
Algunos
temen que lo que haya después de la muerte sea aterrador, todo esto de pende a
que religión se pertenezca. Si perteneces al cristianismo sabes que si no
fuiste justo en vida te va a esperar un lugar abominable, aborrecible, atroz,
deleznable, despreciable, como lo quieras llamar; pero si fuiste justo,
ayudaste a los demás sin pensar en un beneficio, sabes que irás al paraíso
eterno. Si crees en la mitología griega y eres seguidor de ésta, irás a parar
al Hades, a los Campos Elíseos o al Tártaro, todo de pende de cómo haya sido tu
vida en la tierra; si fuiste virtuoso y un buen guerrero te esperará una
eternidad en los Campos Elíseos, si fuiste malo e injusto pararás en el Hades,
pero si fuiste un monstruo iras al lugar más espeluznante de todo el universo.
Pero en
este este escrito no solo hablaremos de la muerte, sino de la vida, por eso
hablemos un poco de ella. Si se busca en Google te dirá algo como: “La
VIDA es la forma en que nombramos a la adquisición de conciencia del ciclo de
la existencia de un "algo o "cosa"”, dicho ciclo está formado
por dos instantes en la constante universal llamada tiempo, estos son
recíprocos, inseparables e ineludibles, llamados NACIMIENTO y MUERTE.
Pero Cuando hablamos del significado de la vida,
tenemos que tener en cuenta que no es una propiedad intrínseca de ningún
objeto, sino que somos los seres humanos los que le damos significado a las
cosas. El ser humano es capaz de mirar la vida desde dentro y también desde
fuera y precisamente el hecho de que podamos adoptar un punto de vista objetivo
es lo que hace que la vida pueda parecer absurda.
Desde un
punto de vista subjetivo, están presentes las condiciones que hacen que la vida
tenga sentido (la felicidad y la desgracia, el logro y el fracaso, el
amor y el odio). Es decir, no se puede encontrar un significado
objetivo a aquello que es una experiencia subjetiva.
A veces,
esta pregunta acerca del significado de la vida, nos lleva directamente a otras:
¿hacia
dónde nos dirigimos en nuestra vida?, ¿cuál es nuestro propósito o meta
en la vida? Al hacer estas preguntas dejamos de ver nuestra vida como
una sucesión de hechos aislados para verla desde una perspectiva más amplia e
integradora. Pero, ¿por qué nos hacemos estas preguntas? A veces la causa es una
especie de angustia existencial, una insatisfacción, un estado de depresión y
tristeza, de falta de significado.
En
definitiva, el dolor es con frecuencia el que lleva a una persona a plantearse
una pregunta cómo esta, porque de algún modo intuye que, si encuentra la
respuesta, encontrará también un poco de alivio y paz. A veces, las preguntas
son: "¿Por
qué tengo que soportar estas desgracias que estoy viviendo? ¿Qué sentido tiene
soportarlas? ¿Cuál es su significado, si es que lo tiene?"
De nuevo podemos caer en el error de pretender
buscar un significado objetivo, como si ese suceso en sí tuviese un significado
intrínseco, porque entonces jamás lo encontraremos y la respuesta será siempre:
"No
tiene sentido ni significado alguno".
Cuando
algo es muy importante para nosotros, nos vemos empujados y deseamos aprender
todo lo posible acerca de eso. Aprender significa conocer todos los aspectos de
algo, significa superar pruebas, verlo desde diferentes perspectivas, sentirlo
desde todas las emociones. Por eso, la persona para quien más importante es el
amor, será la que más variadas e intensas emociones viva por amor (incluyendo
tanto el dolor como la felicidad) y todo ese conjunto de emociones,
vivencias y experiencias son las que podrían enseñarle lo que de verdad es el
amor y llevar a esa persona a crecer en esa dimensión de sí misma, de manera
que cuanto más sea capaz de dotar de sentido a sus experiencias, mayor será su
crecimiento y más implicada estará en la construcción de sí misma.
Alguna
vez te has llegado a preguntar: ¿Por qué las personas esperan a que sus
seres queridos se mueran para poder hacerles homenajes? Que día estuve
en el entierro de un amigo y vi como todos sus seres queridos lloraban, muchos
de ellos mandaron a estampar una foto de él en unas camisetas, otros subieron
vídeos, fotos a las redes, con mensajes por su partida. No entiendo porque
tenemos que esperar a que llegue este día para decirle a alguien que lo amamos,
que nuestras vidas no serán iguales cuando ellos ya no estén. Si tienes a alguien
al lado tuyo dale un abrazo como si nunca más lo volvieras a ver porque puede
que sea la última vez.
En
conclusión, Nadie puede escapar de la muerte. La cesación de la vida es tan
segura como la certeza de que la noche sigue al día, el invierno viene después
del otoño, y la vejez llega cuando la juventud queda atrás. La gente toma
precauciones para evadir el sufrimiento y no verse en apuros durante el
invierno o en la vejez; pero pocas personas se preparan para la muerte, que
adviene indefectiblemente.
La
sociedad moderna aparta su mirada de este tema esencial. Para la mayoría de las
personas, la muerte es una cuestión temible y fatal; para otras, significa la
simple ausencia de vida, un estado en blanco, un vacío.
‘’La muerte es algo que no
debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es,
nosotros no somos''. -Antonio Machado
Autor: Miguel Ángel Castro Vanegas
Muchas gracias profesor. Usted es una persona que hizo mucho por nosotros, por eso quedara marcado en las vidas de los jóvenes de 11-2,lo queremos mucho.
ResponderEliminarMiguel, ustedes fueron los mejores estudiantes que yo haya podido tener en el Eustaquio, son seres excepcionales, jóvenes maravillosos, llenos de luz, con la mente puesta en querer alcanzar grandes logros, por eso se merecen lo mejor siempre. le pido a Dios que bendiga a cada uno de ustedes y que les permita alcanzar sus sueños. También aprendí a quererles a cada uno de ustedes con todas sus diferencias. ¡Éxitos hijo!
ResponderEliminarComo siempre enseñándonos aun cuando ya no estamos en la escuela, gracias por ese excelente texto.
ResponderEliminar