LAS HOJAS DE MI VIDA

 

Te escribo con el ansia plena entre el llanto y la tristeza, entre el dejarme seducir por tu encanto o si por el contrario, ir a tu encuentro sin reparar en el frío que me puede envolver, sin entender porque debes llegar así no lo desee.

Te he soñado desde esa primera vez, cuando el viento besaba mi rostro y tu figura se iba dibujando frente a mis ojos, cuando el vestido era una excusa y la alegría era una perfecta distracción para olvidar que el ayer no era un recuerdo y que el hoy ya es un ayer.

Te he dibujado tomándome de la mano y caminado conmigo al lado, tú cantando una canción triste de cuna y Yo bebiendo agua, sintiendo que la carga era solo una imaginación, pasando en mi cabeza las hojas de mi vida, las hojas grises, las hojas secas.

Te he gritado, te he cantado, te odiado y te he…, te he ignorado en cada conversación, en cada oración,  en cada momento en que la luz se apaga, en cada discurso planetario, en cada rincón donde dejo flores, en cada línea donde he escrito mi nombre.

He vivido con el olor a ti dando vueltas a mi alrededor, he creído que eres noche desconociendo que eres luz, he bailado a un ritmo pausado, he bebido la eternidad ofrecida y aunque un día contigo Yo me vaya, dejaré entre los que se queden mi hojas coloridas y alegres.

 

Mg. Gustavo Gómez Reyes

(Roxanne)

ESCRITO NATURAL

 

En la mañana de un día que se vestía cálido, colorido y lleno de luz, aparece la soledad y el enigma de saber si estarás presente, el beso que me diste en la noche del último viernes que nos vimos, tejió un misterio que dejó de ser sombra para ser silueta, para ser amanecer.

La ducha aún húmeda por el baño que me di, el café caliente y la sábana recogida por los sueños, son una esperanza de los credos que han ido llegando y de los tesoros que siguen guardados entre líneas escritas en una tarde de roja pasión.

Miré tus ojos desde la sensación de sentirte mía, sentí tu piel como una fresca brisa de mayo, besé tus labios como si fuera el más dulce manjar, me dejé rodear de tus abrazos que me elevan a un mágico encuentro con el todo.

Eres mi más bello susurro mientras el eco de la naturaleza alivia el sentimiento de culpabilidad por ser un mortal, eres la mañana tímida, el sol naciente, el agua fresca, la fruta madura, la noche apasionada y el sueño perfecto entre lo creado y lo imaginado.

Déjame descubrirte desde la coronilla hasta el dedo gordo del pie, déjame creerte que eres espacio generoso que se viste de azul, vuelve la línea de tiempo un escrito sin final y en especial, ámame como lo hiciste desde el mismo momento antes de engendrar.

 

Mg. Gustavo Gómez Reyes

(Roxanne)