AMOR Y SOLEDAD EN LETRAS

En lo profundo del corazón, existe un vínculo especial que une a dos almas: la amistad entre un verdadero amor y el amor que se va de viaje por el mágico mundo de la soledad. Es un lazo que trasciende el tiempo y el espacio, pero que se desarrolla en dos senderos distintos.

El  amor verdadero es aquel que florece en el jardín de la sinceridad y la complicidad. Es un amor que se nutre de risas compartidas, lágrimas consoladas y momentos inolvidables. Es alguien que siempre está ahí, sin importar las circunstancias o los obstáculos que la vida presente. Es un faro que guía y una mano extendida que ofrece apoyo incondicional.

Por otro lado, el amor que se va de viaje por el mágico mundo de la soledad es una presencia fugaz, que parece desvanecerse en el horizonte de los recuerdos. Es un amor que busca su propia libertad, su espacio para crecer y explorar nuevas emociones y experiencias. Se sumerge en la introspección y en el encuentro consigo mismo, dejando atrás el ruido del mundo exterior.

En este mundo de letras y versos, el amor que se va de viaje encuentra refugio. Se esconde entre las palabras escritas, en los versos que ya no se dicen. Es un egoísta disfrazado de poesía, que busca la aprobación y el reconocimiento en las letras que plasma en el papel. Se convierte en un juego de palabras y metáforas, donde el significado real se pierde en el laberinto de la soledad.

Pero el amor verdadero sigue ahí, esperando con paciencia y comprensión. Aunque se pueda sentir abandonado y olvidado en medio de la vorágine de la soledad, el amor verdadero sabe que las letras escritas en los versos vacíos no pueden reemplazar la calidez de un abrazo, la sinceridad de una mirada o la complicidad de una conversación sin filtros.

A pesar de las diferencias, estos dos amores son importantes en la vida de cada persona. El amor que se va de viaje por la soledad permite el crecimiento personal y la exploración del mundo interno. Mientras tanto, el amor verdadero brinda el consuelo y la fortaleza para enfrentar los desafíos del camino.

La amistad entre estos dos amores se basa en la aceptación y el respeto mutuo. El amor verdadero comprende la necesidad de explorar y encontrar uno mismo, y el amor que se va de viaje valora la constancia y el apoyo incondicional que le brinda su compañero de vida.

En última instancia, la amistad entre un amor verdadero y el amor que se va de viaje por el mágico mundo de la soledad es un equilibrio delicado. Ambos amores tienen un propósito y una importancia singular en la vida de cada individuo. A través de la comprensión y la aceptación, pueden coexistir y enriquecerse mutuamente, creando así un vínculo especial que trasciende las palabras y los versos vacíos.

Roxanne

(Mg. Gustavo Gómez Reyes)

UN BAILE FELIZ

 

Bajo el manto oscuro de la noche,

el Mediterráneo parece un espejo,

donde se reflejan las estrellas,

como puntos de luz en el reflejo.

 

En la playa, al son del baile,

los labios de los amantes se juntan,

mientras la música los envuelve,

y la felicidad los abraza sin prisa.

 

Las olas rompen con suavidad,

el ritmo acompasa sus pasos,

y el cielo estrellado testifica,

de aquel amor que ha hecho estragos.

 

En la arena quedan sus huellas,

como testigos de aquel momento,

que quedará por siempre en su memoria,

como un recuerdo dulce y cierto.

(Roxanne)

Mg. Gustavo Gómez Reyes

BESOS PREFERIDOS

 

Descubrí con el roce de tus manos que tu piel me fascina, dejé descargar todas las emociones sobre un paño de color azul, brindé con un refresco el verte por la mañana y soñé con acompañarte tomados de la mano al altar para darnos un sí que fuera eterno.

Mis manos escribieron el mejor poema, el color de tus ojos era una puesta al sol en una tarde de venado, tus pasos ligeros y firmes, se mostraron como fuego, tu voz angelical inundaba el entorno como un cántico de ruiseñor y tus labios eran la miel que quería degustar desde la primera vez que te vi.

He besado en la noche, en el día, he besado labios de distintos sabores, he besado labios pequeños y grandes, delgados y gruesos; he besado labios rojos y pálidos, he besado en la adolescencia y en mi adultez, pero son tus labios perfectos, los que me han dado mis besos preferidos.

Pena he sentido de solicitar besar con mayor intensidad y tiempo, tus labios, que son una línea infinita de sensaciones, una montaña de placeres, una báscula de tensión, una almohada en el infinito, un viento en una oleada de calor, un credo firme y ondeante.

Que mis besos preferidos sigan siendo de tus labios, así como mis labios se ofrecen para ser tus besos preferidos hasta la eternidad.

 

Mg. Gustavo Gómez Reyes

(Roxanne)

NOCHE SUBLIME

Tu mirada firme y el andar fecundo de las palabras pugnadas, el beso añejo que nos dimos en el primer mes de los quince en la hora permitida, con el deseo colorido y el sueño de que sería eterno como una imposición de Cronos.

Tu caricia ardiente entre la azucena y la margarita, con un jardín arropando la sonrisa ligera, un niño jugando en el parque mientras el sueño de los dos descansando en una hamaca, el aroma de tu sudor rodando por mi piel y una chimenea calentando nuestros cuerpos que van elevándose hasta sentir tocar el cielo una y otra vez.

Tu voz desnudó mi esencia con cada palabra pronunciada, la música envolvía el compromiso que adquirimos en esa noche sublime, donde la luna blanca e imponente, era fiel testigo de la pasión que destilaba por los poros de nuestra piel virginal – limpia, sumando restas que se hacen multiplicación y dividiendo lo que nos distanciaba hasta dejar en cero lo negativo.

Tú y solo Tú ocupando el centro de mi corazón, siendo la dueña de los recuerdos que desde un diciembre octogenario, escribimos para una eternidad nuestra.

 

Mg. Gustavo Gómez Reyes

(Roxanne)